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HISTORIAS DE UN HOSPITAL PSIQUIÁTRICO


Las historias del hospital psiquiátrico son relatos ficticios.

La mayoría de estos están basados en casos de la vida real.

CASO 43: “Volviendo a morir”

Nombre: Eliot Smith

Edad: 19 años

Fecha de entrada: 04/11/2004

Diagnóstico: Sin especificar.

La doctora Susan estaba en camino para el patio central en donde los pacientes descansaban, tomaban aire e incluso jugaban algunos juegos de mesa con los demás. En un rincón estaba el chico a quién buscaba; estaba aislado de los demás y su mirada estaba fija hacia una hoja de su cuaderno en la cual estaba dibujando a los demás pacientes a su alrededor.

-¿Te gusta dibujar?- Dijo Susan mientras se acercaba al chico

-No mucho, a veces lo hago para distraerme. Hoy me levanté queriendo dibujar a todas estas personas.-Respondió Eliot

-Pareces un buen chico

-Eso no es lo que creen los demás. Yo no hice tal cosa…

-Si tú no lo hiciste, ¿Quién pudo ser?

-Puedo ser muy listo pero no soy un investigador…

-Puedes demostrar tu inocencia si aportas todas las pruebas y contándonos que fue lo que pasó esa noche. Te prometo que te ayudaré

-Usted no parece ser como todos esos investigadores, parece de fiar. Usted puede ayudarme.

-Entonces ¿qué fue lo que pasó esa noche?

-Tal y como dice el reporte, mis amigos y yo salimos a acampar. Subimos lo que más pudimos de la colina hasta que el cansancio y la oscuridad hicieron que nos detuviéramos. –“Este es un buen lugar” Dijo Dennis. Armamos la carpa y antes de entrar noté que me había llegado un mensaje de WhatsApp, aunque mi teléfono no tenía señal. Me pareció demasiado extraño pero aun así lo abrí. Era una foto de mi amiga Emma, su cabeza estaba en el suelo, en un suelo de madera; parecía que estuviese muerta. Al lado estaban unas botas muy similares a las que yo traía ese día. Eran iguales. Lo misterioso era que el mensaje no tenía ni hora ni fecha. Tampoco conocía el número…

Cuando les mostré las fotos a mis amigos ellos simplemente se enfurecieron conmigo, creyeron que la había editado y que les estaba jugando una pesada broma. Segundos después, comenzaron a caer algunos rayos así que decidimos movernos hasta una casa que estaba cerca. Pensé que aún estaba ocupada pero Dennis mencionó que hacía mucho tiempo que estaba abandonada, así que era segura. Esa noche dormí muy mal por el frío y las incomodidades del suelo. Además estaba muy desconcertado con aquella foto…

Cuando me desperté a la mañana siguiente me di cuenta que mis amigos no estaban por ninguna parte. Pensé que se habían ido sin mí ya que aún estaban enfadados conmigo por lo de la foto. Me di cuenta que ellos nunca llegaron a sus casas. Días después y como usted sabrá los cuerpos de mis dos amigas y de mi amigo Dennis fueron encontrados por partes en varios sitios de la colina. El principal sospechoso de sus muertes era yo. Cuando la policía revisó mi teléfono encontró la foto y me acusaron del presunto asesino. Yo no tomé esa foto, yo no asesiné a mis amigos…

-Entiendo, estaré en contacto contigo para avisarte de las pruebas que encuentre la policía. Gracias por confiar en mí para contarme lo que pasó. -Dijo Susan mientras se ponía de pie para marcharse.

Tres días después el cuerpo de Eliot fue encontrado muerto en su cuarto del hospital. Las sabanas de su cama habían servido como soga para que acabase con su vida.

Entre las evidencias que la policía encontró en la casa de la colina; se halló una vieja fotografía en donde aparecían los antiguos dueños de tal casa. En esta se mostraba además un cuerpo colgando de un árbol. El cuerpo tenía una manta blanca y después de algunas modificaciones a computadora se descubrió que el rostro del cuerpo era muy similar al de Eliot.

El caso no termina aquí, al inspeccionar el cuarto donde murió Eliot; se descubrió que en uno de sus dibujos estaba dibujada una mujer de lentes y de pelo corto, facciones que encajaban perfectamente con el perfil de Susan. El dibujo estaba un poco quemado ya que Eliot acostumbraba fumar a escondidas de las enfermeras así que mientras dibujaba pudo haber quemado la hoja accidentalmente. 3 semanas después la doctora Susan murió cruelmente mientras un incendio consumía su casa.

El caso sigue abierto y aún se desconoce el propietario de aquél extraño número de teléfono y de quién pudo asesinar a los tres chicos.