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HISTORIA DE TERROR "JUNGLA"

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Soy policía de operaciones especiales y pertenezco a un grupo llamado “Jungla”, estos eventos realmente ocurrieron y fueron hechos de seguridad nacional en Colombia. sería un 10 de agosto del año 2015, mis compañeros y yo, recibíamos instrucciones sobre un operativo y debíamos estar preparados para llevarlo a cabo.

Cuando entras a la fuerza sabes que todas esas operaciones son riesgosas, podías ser mal herido o muerto durante el desarrollo de la misión; pero esta vez el riesgo era aun mayor ya que se había gestado una operación a gran escala para darle batalla a uno de los grupos armados más grandes de nuestro país; Pero a última hora una información dada por un soplón no fue confirmada por inteligencia central. De tal manera que quedamos en espera. Días después nos volvimos a reunir en el comando. Cuando llegó el superior y con seriedad nos dijo que nos tomáramos el día libre, que no se tenían datos suficientes.

Esa tarde salimos los compañeros y yo a un bar local a tomarnos unas polas (cervezas). Serian como las 8 de la noche y decidí visitar a una amiga que vivía cerca del bar. En el trayecto me llegó un recuerdo de hacía días y lo sentí como si hubiera sido apenas unos instantes atrás. Recordé a la abuela de mi novia ella era una anciana ya mayor que había llegado de Haití hacía mucho tiempo siempre vestía como santera y fumaba puro. Al verla la saludé y luego de darle una calada el puro me miró con un par de ojos negros penetrantes. Y me pidió que la acompañara, al estar a solas me dijo algo que me dejó pensando.


“Mijo, yo se que usté quiere mucho a mi nieta; pero debo decirte algo, ten mucho cuidado. Veo dolor y sangre en tus ojos, en estos días vas a andar lejos y veo muchos muertos a tu alrededor…”

Solo le di las gracias ese día y lo olvidé hasta esa noche, como sabrán soy policía y he tenido que actuar para defender mi vida. Quizás por eso era la advertencia y la supuesta sangre. Continúe a caminando a casa de mi amiga y nada mas ocurrió.

Al siguiente día ya estábamos reunidos todos en el comando, teníamos luz verde en la realización del operativo y serian las 10 de la noche cuando comenzamos a prepáranos con el equipo militar para la misión antes de salir recibimos una ultima instrucción y oramos todos para regresar vivos. Salimos rápidamente y comenzamos a zarpar en helicópteros Black Hawk tipo Sikorsky. Un helicóptero para cada unidad.

Habíamos de llegar a un punto intermedio para recibir más instrucciones sobre el operativo, ubicaciones y planes de extracción. Serian las 5 de la mañana cuando nos reagrupamos para volver a los helicópteros e internarnos en la selva habíamos de llegar a un punto en Urabá Antioquia. Uno de los centros de operaciones de las FARC. Mientas cada unidad abordaba los helicópteros, me di cuenta que por un descuido había olvidado mi radio en una las mesas del centro de comando. Así que corrí de vuelta por él, lo mas rápido que pude. En tanto mis compañeros se alistaban en las naves. Al regresar, la aeronave de mi unidad estaba llena y habían cerrado las puertas. Me tocó entonces subirme a otra y despegamos rumbo a la misión.

Llegamos al punto de inserción en donde debíamos infiltrarnos en la jungla, hasta las posiciones enemigas. Sin embargo algo fue mal, el helicóptero de mi unidad, tenía problemas para estabilizar por las corrientes de aire y las copas de los árboles y se acerco demasiado. Teníamos que bajar a rappel, apenas me había puesto el arnés cuando sentimos una ráfaga de aire caliente seguida de un gran estruendo y destello. El Black Hawk donde iba mi unidad había sido derribado con un RPG enemigo. Enseguida de esto se hicieron maniobras evasivas. los que pudieron abrieron fuego para evitar que otro fuera derribado e iniciamos retirada.

Como resultado de esa operación fallida 16 hombres de mi unidad murieron calcinados, fue muy doloroso para mí porque eran mis amigos y mis compañeros, el desasosiego que me causaba pensar que yo también debí haber muerto era estresante para mi, por alguna razón sobreviví. A partir de ese momento cosas raras comenzaron a suceder en el comando, muchos sentimos la presencia de nuestros compañeros rondar en los camarotes vacios donde ellos dormían,

A veces se podían escuchar risas en la madrugada y algunas veces lamentos desgarradores que asustaban al más duro de los compañeros. Yo pude sentir y ver las presencias de algunos de ellos, a pesar de eso nunca sentí mayor temor de que nos hicieran daño, después de todo eran nuestros camaradas y quizá no les tocaba morir. Ese rumor y leyenda comenzó a sonar en los pasillos del comando, las animas de la unidad Jungla rondaban en los pasillos.

Meses después entramos en combate, estábamos en desventaja numérica ante feroces guerrilleros de las FARC. Como ellos conocían mejor el terreno nos comenzaron a cercar y hubo momentos en que pensé que ahí moriría. Me recuerdo que había entrado en pánico al sentir la muerte tan cerca y me aferraba al fusil esperando lo peor cuando escuchamos voces que provenían del interior de la jungla. Uno de los compañeros con extrañeza se internó en el lugar donde provenían.

Al regresar, el comandante nos hizo replegarnos y seguirlo por en medio de tupida vegetación en donde había un camino que no habíamos visto, continuamos caminando y nos alejamos lo suficiente de la guerrilla salvando la vida y evitando una emboscada. Ya estando en un zona segura, estábamos tumbados casi sin respirar, ya en el punto de extracción le preguntamos al comandante como supo del camino y el fríamente nos dijo que había visto a Guzmán entre la maleza indicándole que fuera por ese camino y no por el que venía marcado en el mapa. De igual manera el compañero que se internó en el, confirmó que había visto a Guzmán hablándole, dice que lo vio claramente, que pensó que estaba vivo y al irlo a buscar este desapareció ante sus ojos.

Al principio se nos hizo increíble; pero nos salvamos por muy poco. Yo le di las gracias a Guzmán mi compañero de unidad muerto en la primera incursión y uno de los 16 muertos del grupo “Jungla”. Luego de ser recogidos, iba pensando en el helicóptero sobre todo lo acontecido. Rememoré la advertencia de la abuela santera, el ataque de mi unidad, y las animas errantes que de tanto en tanto andaban en el comando. Esta historia fue verídica y está documentada. Me gustaría que relataras mi experiencia.